ENE/09
MUJER. FRANQUISMO. BURKA
Recogemos de la agencia Europa Press la siguiente noticia, que hemos desarrollado brevemente en otro artículo de este blog:“Los hombres que optan por ejercer su paternidad tienen más reproches en sus trabajos que las mujeres”
La primera reflexión que nos surge es cierto optimismo porque es un indicador de que el machismo dañino empieza a mitigarse en nuestra sociedad, porque sólo desaparecerá cuando en el seno de la familia exista un reparto igualitario de responsabilidades entre el hombre y la mujer, cuando se superen los roles patriarcales autoritarios del hombre.
Realmente sorprende que esto ocurra cuando constatamos cuál era la situación de la mujer en España en tiempos no muy lejanos, como reflejan ciertos panfletos franquistas utilizados para “aleccionar” a las mujeres en cuál tenía que ser su papel; o cuando descubrimos cuáles son las circunstancias inhumanas y el trato vejatorio que han de soportar en su vida diaria, hoy, algunas mujeres en sociedades islámicas.
La mujer del Franquismo
Reproducimos textualmente párrafos extraídos de revistas y documentos de la época para que podáis juzgar por vosotros mismos.
“A través de toda la vida la misión de la mujer es servir. Cuando Dios hizo el primer hombre, pensó: “no es bueno que el hombre esté solo”. Y formó a la mujer, para su ayuda y compañía, y para que sirviera de madre. La primera idea de Dios fue el hombre. Pensó en la mujer después, como un complemento necesario, esto es, como algo útil”.Formación Político-Social, primer curso de Bachillerato. Sección Femenina. (1962).
“La mujeres nunca descubren nada; les falta, desde luego, el talento creador, reservado por Dios para inteligencias varoniles; nosotras no podemos hacer nada más que interpretar, mejor o peor, lo que los hombres nos dan hecho.”Pilar Primo de Ribera (1942).
“La vida de toda mujer, a pesar de cuanto ella quiera simular –o disimular- no es más que un eterno deseo de encontrar a quien someterse. La dependencia voluntaria, la ofrenda de todos los minutos, de todos los deseos y las ilusiones, es el estado más hermoso, porque es la absorción de todos los malos gérmenes –vanidad, egoísmo, frivolidades- por el amor.” Revista de la Sección Femenina (1944).
“Ten preparada una comida deliciosa para cuando él regrese del trabajo. Especialmente, su plato favorito. Ofrécete a quitarle los zapatos. Habla en tono bajo, relajado y placentero.
Prepárate: retoca tu maquillaje. Coloca una cinta en tu cabello. Hazte un poco más interesante para él. Su duro día de trabajo quizá necesite de un poco de ánimo, y uno de tus deberes es proporcionárselo.
Durante los días más fríos deberías preparar y encender un fuego en la chimenea para que él se relaje frente a él. Después de todo, preocuparse por su comodidad te proporcionará una satisfacción personal inmensa.
Minimiza cualquier ruido. En el momento de su llegada, elimina zumbidos de lavadora o aspirador. Salúdale con un cálida sonrisa y demuéstrale tu deseo de complacerle. Escúchale, déjale hablar primero; recuerda que sus temas de conversación son más importantes que los tuyos. Nunca te quejes si llega tarde, o si sale a cenar o a otros lugares de diversión sin ti. Intenta, en cambio, comprender su mundo de tensión y estrés, y sus necesidades reales. Haz que se sienta a gusto, que repose en un sillón cómodo, o que se acueste en la recámara. Ten preparada una bebida fría o caliente para él. No le pidas explicaciones acerca de sus acciones o cuestiones de juicio e integridad. Recuerda que él es el amo de casa.
Una vez que ambos os hayáis retirado a la habitación, prepárate para la cama lo antes posible, teniendo en cuenta que, aunque la higiene femenina es de máxima importancia, tu marido no quiere esperar para ir al baño. Recuerda que debes tener un aspecto inmejorable a la hora de ir a la cama… si debes aplicarte crema facial o rulos para el cabello, espera hasta que él esté dormido, ya que eso podría resultar chocante par un hombre a última hora de la noche. En cuanto respecta a la posibilidad de relaciones íntimas con tu marido, es importante recordar tus obligaciones matrimoniales: si él siente la necesidad de dormir, que sea así no le presiones o estimules la intimidad. Si tu marido sugiere la unión, entonces accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es más importante que la de una mujer. Cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido por tu parte es suficiente para indicar cualquier goce que hayas podido experimentar. Si tu marido te pidiera prácticas sexuales inusuales, sé obediente y no te quejes. Es probable que tu marido caiga entonces en un sueño profundo, así que acomódate la ropa, refréscate y aplícate crema facial para la noche y tus productos para el cabello. Puedes entonces ajustar el despertador para levantarte un poco antes que él por la mañana. Esto te permitirá tener lista una taza de té para cuando despierte.” Economía doméstica, para Bachillerato y Magisterio. Sección Femenina (1958).
“Cuando estéis casadas pondréis en la tarjeta vuestro nombre propio, vuestro primer apellido y después la partícula “de” seguida del apellido de vuestro marido. Así: Carmen García de Marín… Esta fórmula es agradable, puesto que no perdemos la personalidad, sino que somos Carmen García, que pertenece al señor Marín.” Economía doméstica, para Bachillerato, Comercio y Magisterio. Sección Femenina. (1968).
A los occidentales nos resulta llamativa la indumentaria tradicional de las mujeres musulmanas. Desde el Hiyab, velo que cubre la cabeza y deja libre la cara, que muchas mujeres lo utilizan como signo de identidad. Hasta el Burka, una prenda que cubre totalmente el cuerpo, hasta las manos, con una rejilla de tela a la altura de los ojos que permite que la mujer vea, con dificultad, claro, pero que no sea vista.
El Burka es todo un símbolo de la lamentable situación de las mujeres en países como Afganistán. La mujer no es nada, es escoria, y como tal se le niegan los derechos más básicos, ni una mínima dignidad y respeto como ser humano. Como triste ejemplo sirvan estos datos, que nos ha remitido uno de nuestros lectores:
- Las mujeres viajan en los maleteros de los taxis. Es cierto, como podéis comprobar en la imagen.
- Las mujeres afganas tienen la prohibición de: pasear solas por la calle, trabajar, estudiar e incluso recibir asistencia médica salvo en hospitales destartalados sin agua, ni electricidad, ni quirófano al que sólo se va a morir.
- Sólo los médicos varones tienen derecho a ejercer en los hospitales, pero no tienen derecho ni a atender ni a operar a una mujer. En la imagen se puede observar cómo visten las enfermeras.
- Cuando una mujer está embarazada, los afganos dicen que está enferma. El 97% de las mujeres afganas dan a luz en sus casas porque tienen prohibido acudir a médicos varones.
- La maternidad Malalai está rodeada de un muro de cemento construido por los talibanes, con dos ventanucos diminutos. Del otro lado acampan los hombres que esperan a las mujeres internadas. Hablan con sus esposas a través de los ventanucos.
- El adulterio está penado con la lapidación. La mujer es metida en el suelo en un agujero y tapada con tierra hasta el pecho. A continuación los “hombres” le arrojan piedras hasta matarla. Las piedras no deben ser ni tan grandes como para causarle la muerte rápida, ni tan pequeñas que no se puedan considerar “piedras”
LEY ORGÁNICA 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres.
Afortunadamente en nuestra sociedad los derechos de las mujeres están protegidos por la ley, y estas mismas leyes contribuyen a la igualdad entre hombres y mujeres.
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