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domingo, 1 de marzo de 2009

Coito doloroso

MAR/09


COITO DOLOROSO.

Hay muchas razones por las cuales el coito puede resultar doloroso. Asimismo existen diferentes tipos de dolor que pueden darse durante las relaciones sexuales. Los médicos utilizan la expresión dispareunia para referirse a las relaciones dolorosas. Este dolor puede ser profundo o leve dependiendo de la localización del dolor. Las causas de uno y otro pueden ser diferentes.

Si el dolor es profundo durante el coito, las causas, entre otras, pueden incluir diversas enfermedades inflamatorias del aparato ginecológico, infecciones del tracto urinario, falta de lubricación o alguna infección de transmisión sexual sin tratar como la clamidia. También puede ser la consecuencia de una cierta postura durante el coito ya que algunas permiten una penetración mayor. Si el dolor es leve tiene también muchas causas y es más común. Las mujeres no suelen acudir a su médico para tratar este tipo de dolor superficial y esperan que se resuelva solo. A menudo sirve como motivo para evitar las relaciones sexuales, lo cual puede dañar la relación a la larga. Es cuando se llega a este punto que la mujer decide buscar ayuda. Los síntomas pueden ser el escozor o ardor, y la zona puede estar inflamada e irritada, aunque no siempre es el caso. Sea un dolor profundo o leve debe consultarse con un profesional para buscar la causa orgánica. Algunos dolores vaginales pueden deberse a las fibras nerviosas en sí que no son visibles. Este dolor puede también sentirse en otros momentos además de durante el coito, e incluso durante actividades diarias como caminar, hacer footing o montar en bicicleta. Cualquier problema que afecte a la piel también puede afectar a la zona alrededor de la vagina como eczema, verrugas, psoriasis… Ciertas cremas muy perfumadas, jabones, y polvos de talco también pueden producir irritaciones, igual que la intolerancia a los espermicidas y los condones de látex.

El dolor o el miedo a sentir dolor durante el coito puede a veces desembocar en vaginismo.

¿Qué es el vaginismo?

Vaginismo es lo que los textos médicos describen como “la contracción involuntaria recurrente o persistente de los músculos perineales que rodean el exterior de la vagina” o “el espasmo de los músculos que rodean la vagina causando la oclusión de su apertura y dificultando o imposibilitando la penetración del pene”.

La mujer que sufre vaginismo se siente avergonzada y sufre ansiedad. El vaginismo se puede dar por una variedad de motivos. Generalmente se considera una respuesta condicionada (que se ha aprendido) y que puede estar relacionada con la anticipación de dolor en el coito. Las reacciones fóbicas a esta anticipación de dolor podrían llevar a la mujer a evitar toda relación sexual.

El vaginismo se puede clasificar de la siguiente manera: vaginismo primario, cuando la mujer nunca ha experimentado la penetración vaginal; y vaginismo secundario, cuando la mujer ha tenido experiencia de penetración sin problemas pero lo ha desarrollado posteriormente. Las causas pueden ser muchas: la creencia que la vagina es demasiado pequeña, sentimientos negativos sobre el sexo y la sexualidad (que es algo pecaminoso), abuso sexual previo, traumas vaginales (como el parto o la episiotomía), condiciones dolorosas de la zona vaginal, un primer coito doloroso, problemas de relación, miedo a quedarse embarazada, creencias religiosas estrictas y un conocimiento escaso de la función sexual…

Tratamientos.

Existen soluciones efectivas para tratar el vaginismo. La mayoría incluye el tratamiento terapéutico por parte de un psicólogo o sexólogo. La terapia sexual ha demostrado gran efectividad. El tratamiento se basa en el principio de educación sexual y el uso de entrenadores vaginales.

Los entrenadores (dilatadores) vaginales están fabricados en plástico y son de cuatro tamaños graduados. Se trata de cilindros huecos con terminaciones redondeadas que permiten llevar a cabo el tratamiento de forma suave y progresiva. Se comienza utilizando el más pequeño y poco a poco se va subiendo el tamaño hasta que se consigue introducir el tamaño más grande fácil y cómodamente. Algunas mujeres no se sienten cómodas con estos aparatos y prefieren usar sus propios dedos para esta terapia lo cual es perfectamente válido. El índice de éxito es muy elevado.

Las razones psicológicas que dan como resultado el vaginismo deben ser tratadas. El énfasis del tratamiento no debe centrarse sólo en el espasmo vaginal, puede incluir técnicas de relajación, el uso de imágenes (imaginar una cierta situación), ejercicios de tipo pélvico y programas de entrenamiento cognitivo. El enfoque cognitivo tiene como meta reducir la ansiedad y reemplazar las creencias desarrolladas a partir de malentendidos sobre el sexo y la sexualidad, por otras que tengan una base anatómica, fisiológica y psicológica. Trata de corregir suposiciones básicas e incorrectas que forman parte de los sentimientos erróneos que muchas personas tienen sobre el sexo.

El programa de tratamiento se hará a medida de que cada paciente y sus necesidades. El terapeuta le explicará cada paso, su papel es el de facilitar y guiar a la mujer para que se implique en su propio tratamiento, para que eventualmente pueda tomar el control de su propio cuerpo.