Una vida sedentaria, jornadas de trabajo interminables y unos malos hábitos en la alimentación, propician, mayoritariamente en las mujeres, la aparición de celulitis. Su origen está ligado al funcionamiento hormonal femenino, por ello ni las delgadas se libran de ella.
Alimentarse con sabiduría es la mejor inversión para un óptimo rendimiento físico y mental. En una sociedad donde el triunfo personal se halla ligado a la delgadez, algunas mujeres intentan resolver dificultades de autoestima, seguridad y confianza a través de un cuerpo perfecto.
Pero para conseguir un cuerpo 10, no ayudan las interminables horas de trabajo, la inactividad física o el sedentarismo. Al contrario, favorecen el sobrepeso. Es entonces cuando muchas mujeres dejan de comer de todo y se convierten en auténticas devoradoras de lechuga para evitar engordar. Algo que resulta peor si tenemos en cuenta que así sólo logran que sus músculos se debiliten perdiendo rendimiento y a su vez capacidad intelectual.
En qué consiste realmente:
La celulitis es la propensión de los tejidos grasos a retener líquidos. El tejido adiposo, formado por miles de millones de adipocitos, representa cerca del 12% del peso del cuerpo en el hombre, y del 25% en la mujer.
Esta diferencia no afecta sólo a la masa de ese tejido, sino también a su naturaleza y ubicación. En el hombre, este tejido graso se concentra principalmente debajo de la cintura, vientre y hombros. En la mujer, se ubica en caderas, nalgas y muslos.
El origen de la celulitis está íntimamente ligado al funcionamiento hormonal femenino y por ello son excepcionales las que se libran de ella. De esta manera la delgadez no constituye un factor principal ni esencial para no tener celulitis.
Cómo se forma:
Los adipocitos son células esféricas llenas de grasas llamadas triglicéridos, pueden cambiar muy rápidamente de volumen, aumentando su diámetro de 27 a 40 veces.
Aunque el adipocito maduro no se multiplica, (sólo se llena o vacía de grasas, en función de los aportes alimentarios y la actividad física), existen en el tejido adiposo unas células llamadas preadipocitos, que pueden transformarse en adipocitos y permitir la proliferación de la masa grasa si se dan excesos en la alimentación o problemas endocrinológicos.
Se forma entonces un edema y también fibras espesas de colágeno que obstaculizan la circulación sanguínea. La circulación linfática funciona también con mayor lentitud, formándose en el tejido subcutáneo nódulos que, a fuerza de estar mal irrigados por la sangre, se inflaman, esclerosan y vuelven cada vez más ineficaces los tratamientos.
Algunos consejos prácticos:
Durante el invierno, sobretodo, se suelen almacenar algunos kilos de más que se desean eliminar con la llegada del buen tiempo. Combinando una alimentación adecuada con unos buenos productos cosméticos, esto es posible. Unos consejos efectivos y a la vez muy fáciles de poner en práctica son:
- Disminuir el número de calorías ingeridas. Llevar una alimentación con pocas grasas y azúcares rápidos, más rica en frutas y hortalizas.
- La práctica regular de una actividad física, así como utilizar productos de cosmética específicos para corregir la celulitis y mejorar la piel de naranja.
- Realizar, siempre que sea posible, algún tipo de ejercicio, salvo la equitación.
- Evitar en lo posible el alcohol y la nicotina.
- No utilizar ropa o prendas muy ceñidas.
- Beber abundantemente agua entre comidas.
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